jueves, 20 de diciembre de 2012

Escepticismo escéptico

       Hoy, un día antes de tan famosa fecha, se cumplen 16 años de la muerte de Carl Sagan y se celebra, por cuarta vez, en su honor el Día del Escepticismo, promovido por el blog de divulgación científica "Proyecto Sandía". En el post fundacional se propuso la iniciativa de que cada año en esta fecha se escribieran posts haciendo referencia al nombre de este día, también conocido como Día Mundial de la Lucha contra el Avance de las Pseudociencias.

       El astrónomo, astrofísico y cosmólogo estadounidense Carl Sagan se dio a conocer al gran público internacional en 1980 por su serie documental "Cosmos: un viaje personal", en la que explicaba maravillosamente la evolución del universo y de la cultura humana como parte del mismo.



       Por aquel momento, él ya tenía un largo e intenso bagaje en investigación en astronomía. Sus estudios de climatología planetaria fueron clave para la determinación de la atmósfera venusiana, el conocimiento del cambio climático terrestre y la búsqueda de agua en Titán y Europa, satélites de Saturno y Júpiter, respectivamente. Estos estudios se han relacionado siempre con la posibilidad del desarrollo de la vida. Y precisamente, Sagan siempre estuvo muy interesado en el estudio de la vida extraterrestre; de hecho había formado parte del Comité Ad Hoc para investigar el "fenómeno OVNI" y había sido promotor del proyecto SETI (Search for Extra Terrestrial Intelligence, en español Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre). Además, Carl Sagan es mundialmente conocido por ser abanderado de la ciencia, dada su gran influencia intelectual y su clarísimo y emocionante discurso. Fue uno de los grandes divulgadores del pensamiento crítico y formó parte del Comité para la Investigación Escéptica, junto con el escritor Isaac Asimov, el historiador Michael Shermer, el filósofo Martin Gardner y el ilusionista James Randi, entre otros muchos.

       En su artículo "La carga del escepticismo", publicado en 1987 en Skeptical Inquirer, Sagan explicó en qué consiste ser escéptico. Usando sus propios ejemplos, todo el mundo es escéptico para unas cosas y no lo es para otras: la mayoría desconfiamos y hacemos comprobaciones a la hora de comprar un coche, pero poca gente piensa en tomarse dos aspirinas de una marca cuando la publicidad de otra marca dice que su aspirina contiene más principio activo. Ser escéptico es tener postjuicios y no prejuicios. Lamentablemente nuestra educación nos dirige a los prejuicios: "compra esto y no aquello", "esto está bien y esto otro está mal", "si haces esto, entonces eres tal", "estás con nosotros o contra nosotros"...

       Pero Sagan siempre tuvo muy clara la diferencia entre ser escéptico y ser negacionista. Se desvinculaba del discurso oficial de los escépticos cuando ridiculizaban una idea, aun pareciendo absurda, si no era estudiada; porque entendía que las cuestiones que interesan a la población, sean las que sean, deben ser investigadas. Es fácil confundir ambos términos, porque la ciencia siempre debe poner en duda cada nuevo input para poder estudiarlo, pero un negacionista es aquel que tiene prejuicios contra una idea, por eso el escéptico debe ser a priori agnóstico.

       Y también mostraba ese agnosticismo en el extremo contrario: el comprobacionismo. Uno tendería a pensar que cuando se busca algo es porque se espera encontrar; sin embargo, no necesariamente es así, también se puede buscar algo para descartarlo. Como promotor del proyecto SETI, ante la pregunta de los medios "¿crees que existe inteligencia extraterrestre?", Sagan respondía que hay un montón de lugares allá afuera y le sorprendería que no hubiera inteligencia extraterrestre, pero que no hay pruebas concluyentes de ello. Como manifestación del tipo de respuesta que siempre debe buscar un periodista, le decían "vale, ¿pero qué es lo que crees realmente?"; y él respondía que realmente creía lo que había respondido previamente. En un tercer intento en la búsqueda de un titular, alguién le preguntó "¿pero qué piensas visceralmente" y Sagan respondió "intento no pensar con mis vísceras".

       Lo importante en ciencia es preguntárselo todo, sin buscar una respuesta en particular, aunque esta sea esperada o deseada, solo buscar una respuesta, la que sea. Siguiendo los pasos de Sagan en "El Mundo y sus Demonios", cuando Richard Dawkins, en "Los Enemigos de la Razón", propuso hacer ensayos con doble ciego en pseudociencias, una sanadora respondió "creo que eso sería malintencionado". Yo mismo me he encontrado con respuestas en esa línea cuando he hecho la pregunta "¿por qué?" y alguien se ha sentido ofendido. Ese es otro resultado de un defecto en nuestra educación, porque cuestionar y atacar no son sinónimos; así que deberíamos tener claro que cuando investigamos algo, no significa que estemos en su contra, sino que sencillamente queremos saber.

       Así que ahora nos podemos preguntar qué pasará mañana. Pues bien, un negacionista diría categóricamente que el mundo no acabará; un verdadero escéptico dirá que ninguna evidencia apunta a que ocurra algo especial. Si nos acogemos a la Navaja de Hitchens: aquello que es afirmado sin pruebas, puede ser descartado sin pruebas. En otras palabras: el mundo acabará algún día, pero absolutamente nada nos hace pensar que mañana sea un candidato más firme que otro día.

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