viernes, 20 de enero de 2012

La grafología se la cuela a "Qué!" en el "Caso Pepe"

       Siempre después de un espectáculo futbolístico queda una resaca mediática que busca cualquier excusa para seguir alargando los 90 minutos... sí, lo sé, esto que estoy haciendo también atiende a esa descripción, pero tranquilos, no voy a hablar de fútbol... ya ha sido suficiente.

       En la retaíla de coletillas del último Madrid - Barça, el periódico gratuito "Qué!" ha publicado hoy una información con una iniciativa técnica de las que me suelen gustar: analizar el perfil psicológico de Pepe.

       Para no quedarse con la explicación reduccionista de que el jugador madridista sencillamente está mal de la cabeza, los periodistas han acudido a la ciencia. Según los psicólogos deportivos, Pepe podría ser víctima del Efecto Túnel: el estrés provoca que una motivación se convierta en una obsesión. Por supuesto, esto puede ser tratado aprendiendo a gestionar ese estrés.

       Las cosas no van mal con este reportaje hasta que meten la pata en un apoyo: el análisis grafológico de la firma del futbolista. En principio, la mayoría de los grafólogos recomienda tener un texto de unas veinte líneas, pero todos hemos visto en TV a alguno de ellos hablar basándose solo en la firma. Pero las cosas no se quedan ahí.

       La grafología se dedica a conocer la personalidad de un individuo partiendo de la forma de su letra; tuvo mucho éxito hasta mediados del siglo XX, pero en la actualidad está claramente reconocida como una pseudociencia. En primer lugar está muy condicionada por factores subjetivos, como el contexto cultural, el propio criterio del grafólogo (que puede cambiar arbitrariamente) y el Efecto Barnum o falacia de validación personal (aceptamos que aciertan cuando nos queremos identificar con el diagnóstico, por eso los apoyos de los grafólogos son casos anecdóticos y no empírico-estadísticos). En segundo lugar... no funciona; los grafólogos no realizan investigaciones estandarizadas para probar sus hipótesis; por contra, existen más de doscientos estudios científicos que muestran la inutilidad de esta práctica.

       Y a pesar de todo, la grafología se sigue usando en muchos departamentos de recursos humanos... "¡y en juicios!" dirán algunos; pero no; los análisis de textos escritos manualmente, en los peritajes no son prácticas grafológicas, puesto que no buscan describir una personalidad, sino contrastar si algo fue escrito por quien se supone que lo escribió... básicamente es una comparación de detalles de escritura, conocida como caligrafía forense, y esta técnica no es pseudocientífica.

       Está bien que los medios de comunicación hagan divulgación de este tipo, acercando la ciencia al público a través de cuestiones cotidianas; no obstante, deberían tener más cuidado a la hora de elegir a quién preguntar, porque los magufos se la cuelan cada vez que tienen oportunidad.

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