Hoy, 25 de diciembre, además de ser el día en que tantos dioses, y Jesucristo entre ellos, nacieron, es la jornada durante la que muchos niños por todo el mundo disfrutan de los regalos llevados por un individuo muy curioso.
Durante los últimos años ha circulado por internet un texto medio crítico medio humorístico contando todas las leyes naturales que Papá Noel debería saltarse para cumplir con su cometido. Aun conociendo la suposición de que Papá Noel podría existir y no ser visto por comportarse como un fenómeno cuántico, no es necesario recurrir a explicaciones tan extraordinarias ni a falsaciones tan exhaustivas, puesto que ya sabemos desde el principio que es un personaje inventado.
Indepentientemente de con qué nombre se le conozca, no es un misterio que Papá Noel está inspirado en el personaje de San Nicolás de Bari, un obispo católico turco del siglo IV. A este individuo se le conocen méritos tales como hacer regalos a los niños en las fiestas en honor a Saturno (a mediados de diciembre), viajar evangelizando las costas del mar Egeo y el mar Adriático, participar en el Concilio de Nicea y ordenar demoler algunos templos paganos en la zona de Anatolia.
La leyenda del "Padre Navidad" (Papá Noel es la transcripción española de este nombre en francés) se extendió por toda Europa y fueron los holandeses quienes la llevaron a Estados Unidos durante el siglo XVII. Es curioso: en la tradición holandesa, Papá Noel (Sinterklaas) llega desde España en barco, acompañado de "Pedrito el negro"; probablemente esto tenga cierta relación con las guerras de Flandes y con aquel villancico español que canta "Holanda ya se ve".
Finalmente, en Estados Unidos, durante el siglo XIX, ocurrió con Sinterklaas lo que suele ocurrir con la mayoría de tradiciones extranjeras: que son modificadas y extendidas mundialmente como propias. En esta transformación tuvo mucho que ver el escritor Washington Irving, que convirtió de forma burlesca a Sinterklaas en Santa Claus. Posteriormente se añadieron los renos, los duendes, el aspecto y una de las confusiones más tontas de esta tradición: puesto que el personaje de Papá Noel surgió en el Hemisferio Norte, se interpretó que vivía en el Polo Norte o en algún país nórdico, de donde posiblemente le vengan otros rasgos.
Está muy extendida la idea de que los colores del traje de Papá Noel fueron inventados en una campaña publicitaria de Coca-Cola, y que desde entonces sustituyeron al verde original. Esto no es del todo cierto. La marca de refrescos, efectivamente, popularizó esta imagen, pero también es cierto que ya en el siglo XIX era habitual ver imágenes en las que el rojo y el blanco, eso sí, combinados con el verde, eran mayoritarios. Según una de las hipótesis, esos tres colores eran muy comunes en los trajes típicos holandeses; pero hay otras posibles explicaciones, que engloban más datos y que además incluyen ese origen nórdico adjudicado artificialmente.
Al parecer, en los países nórdicos, el alimento favorito de los renos y de sus cuidadores era un hongo con propiedades alucinógenas: Amanita muscaria. Según algunas crónicas, la gente incluso bebía la orina de los renos después de que estos se alimentaran de la seta, cuyos colores son, así es, rojo y blanco.
La costumbre de esas zonas consiste en, una vez recolectadas, secar las setas al fuego de una hoguera, dentro de unas bolsitas de tela que se colagaban de los palos con que se construía la estructura de las tiendas de los nativos, similares a los "tipis" popularizados por las películas de indios. No sería descabellado que esta práctica tuviera algo que ver con la costumbre actual de colgar calcetines en la chimenea.
Todo esto son algunas de las posibles explicaciones que poco a poco han ido convirtiendo a un obispo fanático en un anciano afable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario