Y antes de dar respuesta a las preguntas abiertas hay que confirmar y refutar, como ya indiqué anteriormente. Por lo que parece, las circunstancias apuntan a que aún nos estaríamos moviendo en el estadío de discutir la hipótesis. Daré estatus de post a este comentario de "La vida se abre camino", en el que no me desdigo; sigo manteniendo la importancia del hallazgo y las posibles investigaciones que puede plantear (al igual que las nuevas preguntas) si es que la información es concluyente.
Añado esa coletilla porque una serie de investigadores ya han empezado a leer al artículo original (Wolfe-Simon, Felisa, & Et.Al. (2010). A bacterium that can grow by using arsenic instead of phosphorus. Science: 10.1126/science.1197258) y han encontrado algunas irregularidades. Son irregularidades que saltan a la vista y, por algún motivo, los revisores pasaron por alto.
El peer review o revisión por pares es el método que utilizan las revistas científicas (revistas de alta divulgación) antes de publicar un artículo de investigación. Consiste en enviar el paper a dos grupos de investigación de líneas afines para que corroboren su validez, rigor e importancia: en realidad, para buscar fallos. En función de lo criticado en esta revisión, la revista publicará el estudio, pedirá una serie de cambios o datos extra, o lo rechazará incondicionalmente.
Pero esto no acaba aquí. Los filósofos del periodismo suelen remarcar una divergencia; según ellos, la cumbre del trabajo de un científico es conseguir publicar, mientras que la de un periodista consiste en ser leído. Esto no es cierto, o al menos es muy matizable: la cumbre del trabajo de un científico es que sus publicaciones tengan impacto. Impacto es otra palabra usada en las publicaciones científicas, y se estima a partir del número de referencias a un artículo que se hacen desde otros estudios; por lo tanto, mide la importancia que una publicación está teniendo en nuevas investigaciones. En realidad esta medida no discierne si las nuevas investigaciones apoyan o no al artículo en cuestión. Por eso también matizaré mis palabras, utilizando la palabra "impacto" de un modo no técnico, queriendo referirme a la aceptación de una teoría. Este es el motivo por el que digo que un descubrimiento no es simplemente el final de una búsqueda, sino el inicio de otra.
El debate, revisiones y nuevas búsquedas también ponen remedio a un problema intrínseco del peer review: los revisores no cobran. Esta cuestión es importante, porque ellos, en teoría, podrían no tomarse en serio su labor de revisión o incluso beneficiarse de algunos datos aportados por el artículo a revisar. Los científicos individualmente pueden ser despiadados, pero el sistema de continuo contraste de la ciencia otorga conclusiones depuradas, porque todo revisor tendrá un revisor y así sucesivamente.
Una vez que se ha conseguido una publicación se inicia una cadena de otras, como ya dije, y muchas pueden ser revisiones, críticas y estudios más rigurosos. Aclarado esto y explicada la dinámica de publicaciones, voy a proceder a analizar algunas de estas críticas.
Uno de los datos más notorios que llevan a dudar de la bacteria del arsénico es la metodología usada en el laboratorio de la NASA. Según los autores, sembraron el microorganismo en medios de cultivo con fósforo (P), que fueron sustituyendo poco a poco por arsénico (As) hasta la suplantación completa. Como apuntan los Dres. J.M. Mulet, Lucas Sánchez, César Tomé y Sergio Pérez Acebrón (investigadores de distintas instituciones), "es prácticamente imposible eliminar todas las trazas de fosfato de cualquier medio, y por poco que quede, en la membrana de muchas células existen unos transportadores de fosfato que son capaces de captar fosfato aunque este se encuentre en concentraciones del orden de micromoles, son los transportadores de fosfato de alta afinidad". Sería de esperar que una bacteria halófila tuviera estos transportadores.
Pudiera parecer que el marcaje radiactivo con el que comprobaron el resultado responde a este interrogante, pero según el artículo resolvieron este marcaje solo con microscopía. Hablando en plata, vieron literalmente que en la bacteria había mucho arsénico, pero esto no quiere decir que ese elemento estuviera formando parte de sus estructuras. Para determinar esto existen métodos directos (que no fueron usados), como la espectrometría de masas y la cristalografía. El descubrimiento sería más concluyente si aportara estos datos.
Otra cuestión es que el artículo original indica que las bacterias aumentaron su tamaño en un medio rico en arsénico. Una explicación bastante elegante para este hecho es que el arsénico simplemente se acumulaba... como residuo. También se podría resolver esta cuestión con esos métodos directos que no fueron usados.
Por otro lado, la mayoría de las críticas procedentes de químicos hacen referencia a la inestabilidad de las moléculas de arsénico en disolución acuosa (precisamente por esto es venenoso). Esto es cierto, pero no es un problema insolventable, porque, como ya indiqué en el otro post, las bacterias que sobreviven en ambientes extremos están equipadas con mecanismos de estabilización, como cócteles enzimáticos resistentes a condiciones desfaborables. Aun así, y en ausencia de datos más rigurosos, no necesitamos recurrir a esta posibilidad, en vista de explicaciones más sencillas.
En el primer post que dediqué a este tema, me previne diciendo que el nuevo descubrimiento no era un golpe a la ciencia; huelga decir que, también en previsión de lo que puedan decir las mismas mentes maliciosas, estas revisiones tampoco lo son. Es algo normal y necesario que sea así, el conocimiento no avanzaría si no nos replanteásemos el conocimiento previo. Como dijo Richard Dawkins, "la ciencia reemplaza los prejuicios privados por evidencias verificadas públicamente".
Las preguntas siguen estando abiertas...
Añado esa coletilla porque una serie de investigadores ya han empezado a leer al artículo original (Wolfe-Simon, Felisa, & Et.Al. (2010). A bacterium that can grow by using arsenic instead of phosphorus. Science: 10.1126/science.1197258) y han encontrado algunas irregularidades. Son irregularidades que saltan a la vista y, por algún motivo, los revisores pasaron por alto.
El peer review o revisión por pares es el método que utilizan las revistas científicas (revistas de alta divulgación) antes de publicar un artículo de investigación. Consiste en enviar el paper a dos grupos de investigación de líneas afines para que corroboren su validez, rigor e importancia: en realidad, para buscar fallos. En función de lo criticado en esta revisión, la revista publicará el estudio, pedirá una serie de cambios o datos extra, o lo rechazará incondicionalmente.
Pero esto no acaba aquí. Los filósofos del periodismo suelen remarcar una divergencia; según ellos, la cumbre del trabajo de un científico es conseguir publicar, mientras que la de un periodista consiste en ser leído. Esto no es cierto, o al menos es muy matizable: la cumbre del trabajo de un científico es que sus publicaciones tengan impacto. Impacto es otra palabra usada en las publicaciones científicas, y se estima a partir del número de referencias a un artículo que se hacen desde otros estudios; por lo tanto, mide la importancia que una publicación está teniendo en nuevas investigaciones. En realidad esta medida no discierne si las nuevas investigaciones apoyan o no al artículo en cuestión. Por eso también matizaré mis palabras, utilizando la palabra "impacto" de un modo no técnico, queriendo referirme a la aceptación de una teoría. Este es el motivo por el que digo que un descubrimiento no es simplemente el final de una búsqueda, sino el inicio de otra.
El debate, revisiones y nuevas búsquedas también ponen remedio a un problema intrínseco del peer review: los revisores no cobran. Esta cuestión es importante, porque ellos, en teoría, podrían no tomarse en serio su labor de revisión o incluso beneficiarse de algunos datos aportados por el artículo a revisar. Los científicos individualmente pueden ser despiadados, pero el sistema de continuo contraste de la ciencia otorga conclusiones depuradas, porque todo revisor tendrá un revisor y así sucesivamente.
Una vez que se ha conseguido una publicación se inicia una cadena de otras, como ya dije, y muchas pueden ser revisiones, críticas y estudios más rigurosos. Aclarado esto y explicada la dinámica de publicaciones, voy a proceder a analizar algunas de estas críticas.
Uno de los datos más notorios que llevan a dudar de la bacteria del arsénico es la metodología usada en el laboratorio de la NASA. Según los autores, sembraron el microorganismo en medios de cultivo con fósforo (P), que fueron sustituyendo poco a poco por arsénico (As) hasta la suplantación completa. Como apuntan los Dres. J.M. Mulet, Lucas Sánchez, César Tomé y Sergio Pérez Acebrón (investigadores de distintas instituciones), "es prácticamente imposible eliminar todas las trazas de fosfato de cualquier medio, y por poco que quede, en la membrana de muchas células existen unos transportadores de fosfato que son capaces de captar fosfato aunque este se encuentre en concentraciones del orden de micromoles, son los transportadores de fosfato de alta afinidad". Sería de esperar que una bacteria halófila tuviera estos transportadores.
Pudiera parecer que el marcaje radiactivo con el que comprobaron el resultado responde a este interrogante, pero según el artículo resolvieron este marcaje solo con microscopía. Hablando en plata, vieron literalmente que en la bacteria había mucho arsénico, pero esto no quiere decir que ese elemento estuviera formando parte de sus estructuras. Para determinar esto existen métodos directos (que no fueron usados), como la espectrometría de masas y la cristalografía. El descubrimiento sería más concluyente si aportara estos datos.
Otra cuestión es que el artículo original indica que las bacterias aumentaron su tamaño en un medio rico en arsénico. Una explicación bastante elegante para este hecho es que el arsénico simplemente se acumulaba... como residuo. También se podría resolver esta cuestión con esos métodos directos que no fueron usados.
Por otro lado, la mayoría de las críticas procedentes de químicos hacen referencia a la inestabilidad de las moléculas de arsénico en disolución acuosa (precisamente por esto es venenoso). Esto es cierto, pero no es un problema insolventable, porque, como ya indiqué en el otro post, las bacterias que sobreviven en ambientes extremos están equipadas con mecanismos de estabilización, como cócteles enzimáticos resistentes a condiciones desfaborables. Aun así, y en ausencia de datos más rigurosos, no necesitamos recurrir a esta posibilidad, en vista de explicaciones más sencillas.
En el primer post que dediqué a este tema, me previne diciendo que el nuevo descubrimiento no era un golpe a la ciencia; huelga decir que, también en previsión de lo que puedan decir las mismas mentes maliciosas, estas revisiones tampoco lo son. Es algo normal y necesario que sea así, el conocimiento no avanzaría si no nos replanteásemos el conocimiento previo. Como dijo Richard Dawkins, "la ciencia reemplaza los prejuicios privados por evidencias verificadas públicamente".
Las preguntas siguen estando abiertas...
1 comentario:
Jajajaja muy bueno el blog... Muy interesante, aunque me gustó mas el otro que aportaba una prueba más de que los guiones de la vida no tienen un recorrido fijo. Los cientificos jodiendose entre ellos jajajajajja aunque nunca está de más dejar mal a los americanos, que ya les vale con el pastizal que tienen y no aplicar las más modernas tecnologias para refutar un descubrimiento tan importante...
Muy bueno el blog Don Samuel no le pongo un comentario en su otro blog porque ya lo pongo por aquí.
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