Machete

       Hagamos un alto en la producción habitual y dediquemos un rato al ocio.

       Después de varias semanas colmadas de una serie de impedimentos, y habida cuenta de que lo que yo quería era ver el estreno, ya he visto "Machete".

       El personaje anunciado a modo de "fake" en "Grindhouse" (y que está presente hasta en la trilogía infantil, también de Robert Rodríguez, "Spy Kids") da a los aficcionados de los homenajes a las series B justo lo que ellos esperaban: acción imposible, sangre, efectos especiales voluntariamente rudimentarios y un toque de humor sádicamente absurdo.

       Puesto que no es ésta una película de grandes espectativas, no voy a ser yo quien las cree. La historia es algo que ya conocemos desde hace tres años; no hay grandes secretos: Machete (Danny Trejo), un ex-policía mexicano ya traicionado una vez, se convierte en el "cabeza de turco" por una simulación de intento de asesinato de un senador ultraconservador (Robert De Niro) que pretende cerrar las puertas de Texas a los mexicanos, financiado por un narcotraficante (Steven Seagal).

       Como era de esperar, los personajes son poco elaborados y sólo tienen la motivación de la venganza o de acabar con una injusticia, como Shé (Michelle Rodríguez), la versión cinematográfica femenina de Ernesto Guevara, y "la Migra" (Jessica Alba), una agente de inmigración a la que "le tira más la sangre".

       También era algo predecible la sucesión de guiños a otras películas, como la emboscada en el dormitorio calcada a la de "Desperado" (Robert Rodríguez, 1995), la propaganda electoral al más puro estilo "Starship Troopers" (Edward Neumeier, 1997), el tiroteo en la Iglesia que recuerda a la escena de "El mexicano" (Robert Rodríguez, 2003) o la entrada en la misma de cuatro matones, en una toma de espaldas, como en "Kill Bill Vol. 2" (Quentin Tarantino, 2004).

       La batalla final de la película recuerda en cierto modo al final de "Planet Terror" (Robert Rodríguez, 2007), incluso yo diría que aprovecharon los escenarios, del mismo modo que aprovecharon algunas imágenes del trailer falso. La cuestión era que todo pareciese de bajo presupuesto, como con los movimientos de cámara, las "impurezas" de la imagen y algunas tomas muy setenteras. Un punto importante de la película es el ambiente dado por la banda sonora, apoyada en Chingón, que encaja perfectamente con el ritmo de las escenas.

       En general, si lo que se busca es pasar un buen rato sin hacer trabajar a nuestro cerebro, esta producción es un buen tratamiento. Aunque... si hacemos que nuestro cerebro trabaje un poco, no sería demasiado descabellado pensar que la temática de la película, con referencias al inicio de una revolución, sea un homenaje, con un salto secular, al bicentenario de la independencia de México.