Genios locos

       Como prometí en la la presentación de este segundo ciclo, habría novedades en mis series blogísticas; pues bien, aquí presento, valga la redundancia, la serie "Genios locos", un repaso de las grandes mentes de la historia... y probablemente grandes sujetos de estudio de la psicología y la psiquiatría.

       Cuando hacemos una revisión de la historia de la ciencia, la cultura y el arte, notamos que han existido personajes que bien llamamos visionarios, gente adelantada a su tiempo, que fueron considerados locos. En muchos casos el tiempo ha hecho justicia y les ha dado la razón, y ahora son considerados auténticos genios. Sin embargo, a poco que profundicemos en sus vidas también notamos que algunos efectivamente fueron altamente extravagantes, con una vida llena de complicaciones y, en algunos casos, serios problemas médicos.

       Ahora conocemos bien la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner; sabiendo que definimos inteligencia como la "capacidad de resolver problemas y elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas", podemos entender que esos extremos de los "genios locos" son el resultado de un desarrollo diferencial muy notorio de sus conjuntos de capacidades. Hay clasificados ocho tipos de inteligencia (lingüística, lógico-matemática, espacial, musical, corporal cinética, intrapersonal, interpersonal y naturalista) y no parece existir correlación entre ellas. De este modo, un genio del cálculo puede ser un negado en su vida social o bien un maestro en el don de gentes... una cosa no quita la otra.

Actualmente los psicólogos clínicos entienden que, para mantener una salud adecuada, no es tan importante potenciar una inteligencia en exclusiva, sino mantener, en la medida de lo posible, un equilibrio en el desarrollo de todas las capacidades.

       En esta serie no pretendo alimentar el mito de que las grandes mentes del conocimiento, per se, tienen unas vidas llenas de tormento, ni esa consigna idiotizante que promueve que saber demasiado conlleva necesariamente un sufrimiento. Todo lo contrario, los personajes que he elegido no deben verse como un ejemplo de que genialidad y locura van de la mano, sino que son casos anecdóticos con renombre, personas cuyas inteligencias no han sido desarrolladas de un modo equilibrado.