domingo, 9 de enero de 2011

La pesadilla cinematográfica de Lynn Margulis

Hace pocos días, en una ciudad no muy lejana...

       ... El Dr. Arturo Quirantes publicó en el blog de su web, Física de Película, un post acerca de las mediciones y sus pifias en el cine de ciencia ficción, de la mano de tres sagas: "Regreso al futuro", "Los Cazafantasmas" y "La Guerra de las Galaxias".



       Muchos nostálgicos utilizan explicaciones a posteriori de estas pifias para que sus películas favoritas, casi religiones, sean intocables, para no admitir lo más lógico, que los guionistas y directores no tienen por qué saber todo eso; ellos se dedican a la industria del entretenimiento.


       Lógicamente, ese entretenimiento conlleva un daño colateral. La gente asimila mejor la información a través del ocio y al final acabamos teniendo una población con la cabeza llena de confusiones técnicas (por ejemplo, alumnos que relacionan la lluvia ácida con los Simpsons, los Poríferos con Bob Esponja, la evolución con los Pokemon...).

       En cualquier caso, y hablando de este tema, La Guerra de las Galaxias es una saga con mucha miga para los científicos. Y así como un físico analiza el significado auténtico de los "gigovatios", la "escala PKE" y los "parasegundos", yo me voy a centrar en "la biología de la fuerza".

       En el "Episodio I: La Amenaza Fantasma" (la cuarta película, y primera en el orden cronológico), el maestro Qui Gon Jin descifra un misterio que tenía en vilo a los "starwarsmaníacos": la capacidad de controlar "la fuerza" viene determinada por la cantidad de "midiclorianos" que hay en nuestras células... que, enlazando con las enseñanzas de Yoda en el "Episodio V: El Imperio Contraataca", serían la causa del poder de nuestra mente.


       Aquí hay dos cuestiones a tratar, por un lado "la fuerza", y por el otro la capacidad de un organismo pensante de controlarla.

       La primera de ellas volvería a quedar en el campo de la física... ¿qué es la fuerza? ¿Se referiría George Lucas al número cuántico de espín de las partículas subatómicas? ¿O a lo mejor hablaba del hipotético bosón de Higgs y el origen de la masa en él? Quizás lo más probable es que él pensara en un concepto más "espiritual" (ver mi post "El asesino de espíritus").

       E irremediablemente llegamos a la segunda cuestión: los "midiclorianos". De su descripción se extrae que son orgánulos celulares que permiten contactar y controlar la energía de todo el universo. Resulta que los "midiclorianos" serían algo así como unas mitocondrias que no nos aportan la energía para nuestras funciones vitales, sino habilidades telepáticas y telequinésicas (pregunta a los lingüistas: ¿y si decimos "telecinéticas"?).

       De qué rutas metabólicas se vale un "midicloriano" para conseguir todo esto es algo que no está estudiado, por la sencilla razón de que no es una pifia técnica, sino simplemente una invención: los "midiclorianos" no existen. Aun así, la comunicadora social y diseñadora digital Gina Tost, hablaba hace un tiempo sobre la importancia de conocerlos...


       ... Probablemente alguien intentaba levantar un X-Wing con el poder de sus orgánulos inventados...

Que la fuerza os acompañe.

1 comentario:

Bel dijo...

Muy buen artículo, Samu.
Realmente, los guionistas está claro que no son científicos, por más que se documenten. Saben dirigir cámaras, actores y demás.
Si George Lucas pudiera defender de una manera aceptada la existencia de esos "midiclorianos" no sería director, sería Dios.
A mí, particularmente, me gusta ver una peli en la que se mezcle un poco de fantasía con alguna pequeña base de ciencia. Starwars, al menos en lo que a la "fuerza" se refiere, no puede ofrecer esa base científica.
Por tanto, al menos por mi parte, acepto que los "midiclorianos" no fueron más que actores extras necesarios para no tener que recurrir al quemadísimo recurso de la magia. Yo lo prefiero así. ;)

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