Entre esta noche y mañana va llegando el fin de la Navidad. Si bien es cierto que el hito de hoy es una fiesta muy famosa prácticamente solo en España, e incluso muchos españoles entienden que la Navidad ya ha terminado, voy a considerarlo asunto de esta "mini-serie blogística", ya que sigue estando dentro (más para unos que para otros) del mismo período vacacional.
La epifanía del 6 de enero, en el sentido puramente religioso, se celebra desde el siglo IX como la revelación de Jesús al mundo pagano, aunque la conocemos más como el Día de Reyes. Este nombre es debido a la tradición según la cual, Jesús fue adorado por tres reyes magos que llegaron siguiendo la "Estrella de Oriente".
Tratándose de una celebración de índole cristiana, sería de esperar que vamos a encontrar todos los aspectos de la tradición en la Biblia, ¿es así?
En primer lugar, en el Evangelio según Mateo, leemos lo siguiente:
"[...] Unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: "¿Dónde está el que ha nacido, el Rey de los Judíos? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo".
Más adelante se habla del engaño al Rey Herodes y de que consiguieron llevar oro, incienso y mirra a Jesús; nada más, nada de tres ni nada de reyes.
Bueno, quedan otros tres evangelios para completar la historia, no hay problema... ¿o sí? Ni Marcos, ni Lucas, ni Juan mencionan este hecho; es más, dos de ellos ni siquieran dicen que la madre de Jesús fuera virgen, pero esto es otra historia.
De hecho, a lo largo de la historia del cristianismo, en diferentes grabados, cuadros y textos, se hace referencia a los reyes magos como astrónomos (la astronomía y la magia no tenían fronteras muy claras antiguamente)... a veces dos, a veces, tres, a veces cuatro... hasta media docena en algunas ocasiones.
Entonces, ¿por qué prosperó la tradición de tres, y además reyes? Hay que recordar que el cristianismo no es la primera religión en la que un dios es adorado por tres reyes que seguían una estrella de Oriente. Puede que la culpa, una vez más, la tenga el cielo.
Esta es la constelación de Orión. Las constelaciones no son grupos naturales de estrellas, sino formas que los antiguos adjudicaron en el cielo, a partir de las cuales contaban historias en función de sus movimientos durante largos períodos de tiempo. Por ejemplo, los egipcios vieron en Orión la forma de un cazador o un guerrero; a lo largo del año, el cielo "se mueve" de manera que parece que el cazador persigue a la constelación de Leo. No hace falta atar demasiados cabos para imaginar qué historia podrían sacar de ese fenómeno.
Pero a su vez, la constelación de Orión pudo ser también el origen de otras tradiciones (incluso hay indicios de que podría ser la inspiración de la ubicación de las pirámides egipcias con respecto al Nilo en un momento mitológico determinado). Las tres estrellas que hay en mitad de la constelación se llaman El Cinturón de Orión o, como fueron llamadas en la antigüedad, Los Tres Reyes. Bien, pues los tres reyes están más o menos alineados con una de las estrellas más brillantes del cielo, a la izquierda de Orión: la estrella Sirio. Estas cuatro estrellas forman una línea que el día 25 de diciembre apunta exactamente al Este (Oriente): el punto justo por el que sale el Sol ese día; recordemos, el día en que la luz, literalmente, empieza a vencer a la oscuridad.
... Nacimiento de un dios el 25 de diciembre, que trae la luz... tres reyes siguiendo una estrella en Oriente... todo parece encajar sospechosamente; no es de extrañar que esos hitos se repitan en religiones paganas, como indiqué en el primer capítulo.
Por si hay alguna duda de si aquí ocurrió como con Papá Noel, no, los nombres y rasgos de los Reyes Magos, tal y como los conocemos, no son recientes. Concretamente datan del siglo II; el Evangelio apócrifo del Pseudo Tomás menciona a Melchor, Gaspar y Baltasar, e indica sus procedencias, a saber, Babilonia, Asia y Persia: las tres grandes culturas conocidas adorando a un mismo dios... bonita estrategia. Pero es que precisamente, este evangelio es rechazado por la Iglesia ya desde ese mismo siglo... ¡qué contrariedad!
Existen otras explicaciones alternativas, menos escépticas, que entienden que la "Estrella de Oriente" habría sido el "Lucero del Alba" (Venus); sin embargo, sería poco creíble que un grupo de astrónomos se sorprendiera por un astro tan común. Otro candidato a "Estrella de Oriente" es el Cometa Halley, que también pudo haber sido visto hace cerca de 2000 años... pero, ¿qué hay entonces de esos otros dioses que también tuvieron su propia estrella?
Sigo viendo muy elegante considerar que las religiones van rescatando tradiciones de cultos anteriores, igual que aprovechan la ubicación y cimientos de sus templos, y que esos cultos tendrían su origen en un panteísmo y una observación de los astros que ya hemos olvidado... otro caso de amnesia de fuente... a disfrutar de los regalos.
Bueno, quedan otros tres evangelios para completar la historia, no hay problema... ¿o sí? Ni Marcos, ni Lucas, ni Juan mencionan este hecho; es más, dos de ellos ni siquieran dicen que la madre de Jesús fuera virgen, pero esto es otra historia.
De hecho, a lo largo de la historia del cristianismo, en diferentes grabados, cuadros y textos, se hace referencia a los reyes magos como astrónomos (la astronomía y la magia no tenían fronteras muy claras antiguamente)... a veces dos, a veces, tres, a veces cuatro... hasta media docena en algunas ocasiones.
Entonces, ¿por qué prosperó la tradición de tres, y además reyes? Hay que recordar que el cristianismo no es la primera religión en la que un dios es adorado por tres reyes que seguían una estrella de Oriente. Puede que la culpa, una vez más, la tenga el cielo.
Esta es la constelación de Orión. Las constelaciones no son grupos naturales de estrellas, sino formas que los antiguos adjudicaron en el cielo, a partir de las cuales contaban historias en función de sus movimientos durante largos períodos de tiempo. Por ejemplo, los egipcios vieron en Orión la forma de un cazador o un guerrero; a lo largo del año, el cielo "se mueve" de manera que parece que el cazador persigue a la constelación de Leo. No hace falta atar demasiados cabos para imaginar qué historia podrían sacar de ese fenómeno.
Pero a su vez, la constelación de Orión pudo ser también el origen de otras tradiciones (incluso hay indicios de que podría ser la inspiración de la ubicación de las pirámides egipcias con respecto al Nilo en un momento mitológico determinado). Las tres estrellas que hay en mitad de la constelación se llaman El Cinturón de Orión o, como fueron llamadas en la antigüedad, Los Tres Reyes. Bien, pues los tres reyes están más o menos alineados con una de las estrellas más brillantes del cielo, a la izquierda de Orión: la estrella Sirio. Estas cuatro estrellas forman una línea que el día 25 de diciembre apunta exactamente al Este (Oriente): el punto justo por el que sale el Sol ese día; recordemos, el día en que la luz, literalmente, empieza a vencer a la oscuridad.
... Nacimiento de un dios el 25 de diciembre, que trae la luz... tres reyes siguiendo una estrella en Oriente... todo parece encajar sospechosamente; no es de extrañar que esos hitos se repitan en religiones paganas, como indiqué en el primer capítulo.
Por si hay alguna duda de si aquí ocurrió como con Papá Noel, no, los nombres y rasgos de los Reyes Magos, tal y como los conocemos, no son recientes. Concretamente datan del siglo II; el Evangelio apócrifo del Pseudo Tomás menciona a Melchor, Gaspar y Baltasar, e indica sus procedencias, a saber, Babilonia, Asia y Persia: las tres grandes culturas conocidas adorando a un mismo dios... bonita estrategia. Pero es que precisamente, este evangelio es rechazado por la Iglesia ya desde ese mismo siglo... ¡qué contrariedad!
Existen otras explicaciones alternativas, menos escépticas, que entienden que la "Estrella de Oriente" habría sido el "Lucero del Alba" (Venus); sin embargo, sería poco creíble que un grupo de astrónomos se sorprendiera por un astro tan común. Otro candidato a "Estrella de Oriente" es el Cometa Halley, que también pudo haber sido visto hace cerca de 2000 años... pero, ¿qué hay entonces de esos otros dioses que también tuvieron su propia estrella?
Sigo viendo muy elegante considerar que las religiones van rescatando tradiciones de cultos anteriores, igual que aprovechan la ubicación y cimientos de sus templos, y que esos cultos tendrían su origen en un panteísmo y una observación de los astros que ya hemos olvidado... otro caso de amnesia de fuente... a disfrutar de los regalos.
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