Dada la etapa y hora de cambios, me veo en la tesitura de arañar unas palabras de mi pasado romántico y hacerlo de nuevo mi presente y siempre mi futuro.
Hace años, nadie podría determinar que las cosas pasarían como pasaron; hace meses, nadie esperaría que la vida diera determinados giros. Y contra todo pronóstico, ya nos vuelve a tocar seguir enfrentándonos a las probabilidades.
Que el futuro no hable por sí mismo y seamos nosotros fuertes una parte de él.
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