Aún no entiendo el porqué del título... pero es una película

       Sin haberlo previsto me he encontrado con el motivo para un nuevo post de despiece cinéfilo. ¿El motivo? La película "XP^3D" (Sergi Vizcaíno, 2011).

       Esperaba ver una película de miedo y he acabado viendo un guión altamente previsible de un terror sumamente chapucero, iniciado, eso sí, con una buena escena de introducción al efecto nocebo (que no llega a mencionarse en ningún momento). Así cómo por efecto placebo, pueden paliarse síntomas, el nocebo consiste en la generación de síntomas por mera sugestión.

       La trama en sí empieza con el encargo de un trabajo de investigación sobre un fenómeno paranormal a cinco estudiantes de medicina. Creo que los personajes no podrían haber sido más estereotipados: el raro que sabe de internet y ocultismo, el guaperas graciosillo, la pija que se queja por todo, el malote tontorrón y su novia la buenorra que se las sabe todas, que pide ayuda y compañía a, curiosamente, su hermana la siniestra traumatizada. Todos ellos son perseguidos, en un pueblo abandonado, por un asesino de leyenda que bien podría ser una combinación de Freddy Krueger y el fantasma de la ópera.

       Todos los intentos de generar un terror psicológico se van al traste con las escenas de violencia explícita que van acabando, uno a uno, con el grupo de jóvenes, siguiendo el estilo slasher del género te terror moderno puesto en boga por "Scream" (Wes Craven, 1996).

       Existe en esta cinta una historia personal que daría pie a toda una clase de psicología y psiquiatría, relacionada principalmente con el estrés postraumático, los traumas infantiles, la amnesia selectiva, las alucinaciones y probablemente la esquizofrenia... pero prefiero no destripar más... es fácil desenmascarar al asesino.

       Creo que solo tengo que añadir que, sentadas ya desde el principio unas bases tan fuertse del poder de la sugestión, y alimentadas con el propio transcurso de la película, no basta con un par de comentarios pobres acerca de posesiones para inducir al público a que se incline emocionalmente por pensar en lo paranormal (por muy crédulo que sea), ni aunque el final, ya una vez cerrado, trate de sugerirlo. Pero claro, a lo mejor yo he sido un público demasiado escéptico.