viernes, 6 de enero de 2012

El día en que la Tierra se convirtió en Mr. Potato para siempre

       Hoy se cumplen cien años de un hito de la geología. El 6 de enero de 1912, el meteorólogo y explorador alemán Alfred Wegener (1880 - 1930) presentó su hipótesis de la Deriva Continental en la Unión Geológica de Frankfurt.

       Para que nos hagamos una idea, las ideas imperantes por aquella época para explicar la deformación litosférica (origen de las cordilleras), igual que en su día lo fueron al respecto de los seres vivos, eran las hipótesis fijistas; según ellas, las montañas, o bien habían estado siempre ahí, o bien se habían formado por movimientos verticales de masas de tierra, principalmente, por contracción e isostasia.
La isostasia está basada en el Principio de Arquímedes. Un cuerpo a flote experimentará empujes verticales ascendentes diferentes según sea la densidad de cada uno de sus componentes.

       Sin embargo, Wegener recopiló en sus expediciones una serie de pruebas que le hicieron dudar de esas explicaciones: ¡los continentes se han movido!
  • Pruebas geográficas. Wegener vio sobre los mapas que las formas de las costas de los continentes literalmente encajaban como si la Tierra fuera un puzzle. Fue entonces cuando supuso que en algún momento estos continentes habrían estado unidos (Pangea, "toda la tierra").
  • Pruebas geológicas. Quizás encajar las piezas como si la Tierra fuera un rompecabezas resultase algo fantasioso... pero hete aquí que efectivamente las zonas que en esa supuesta Pangea habrían sido contiguas tienen en la actualidad rocas y cordilleras con la misma edad.
  • Pruebas paleontológicas. Muy bien, otra coincidencia... ¿no puede ser casualidad? Bueno... es difícil encajar ahí la casualidad cuando además, también existían los mismos fósiles en esas zonas (zonas que ahora están alejadas por océanos). Esto ya empezaba a encajar sospechosamente con la Teoría de la Evolución, aceptada unas décadas antes: si los seres vivos tienen un ancestro común, es de esperar que ese ancestro estuviera en un lugar concreto.
  • Pruebas paleoclimáticas. Y rizando el rizo... Wegener vio que en zonas frías hay restos de carbón propios de lugares tropicales, lo que no concuerda con el clima actual, pero sí con el clima que habrían tenido según su ubicación en Pangea.
       Ya parecían estar atados todos los cabos, salvo un par. En principio Wegener pensó que eran literalmente las costas lo que encajaba en su "puzzle paleogeográfico"; en segundo lugar, nunca supo cuál era el motivo de ese movimiento.

       Fue el geólogo y militar Harry Hess quien, en los 60, propuso que lo que se movía era el fondo oceánico, arrastrando consigo los continentes; de esto modo, lo que habría encajado en Pangea no eran las costas, sino las plataformas continentales. Esta teoría fue conocida como Expansión del Fondo Oceánico. Esta idea fue profundizada por el propio Hess, así como por otros expertos en geología, geofísica y sismología (como Wilson, Pitman, Cox, Sykes, Kanamori, Ewing, McKenzie y Le Pichon), dando lugar a la actual Tectónica de Placas, que divide la litosfera en piezas que se colocan y se redistribuyen sobre una capa más plástica.

Si nos fijamos en los puntos rojos (volcanes) se concentran principalmente sobre las líneas amarillas (bordes de placas tectónicas), a excepción de algunos, como Hawaii y las Islas Canarias; estas excepciones son puntos calientes, zonas internas de las placas por las que asciende material magmático. Lo curioso de estos puntos es que pueden formar archipiélagos lineales, porque la chimenea de magma permanece pero la placa se va moviendo, exactamente en la dirección perpendicular a las cordilleras formadas por el empuje entre placas. ¡MEV mío, todo encaja!

       La importancia de la Tectónica de Placas en geología radica en que da explicación a la formación del relieve (orogénesis) y a los ambientes petrogenéticos, los lugares donde se dan las condiciones para la formación de rocas por magmatismo, metamorfismo y procesos sedimentarios (estos últimos establecen la conexión entre Agentes Geológicos Internos y Externos); además, también explica la distribución por el planeta de las zonas con alta actividad volcánica y sísmica.

       Vemos además una conexión clara entre diferentes disciplinas. Wegener se valió del evolucionismo de Darwin del mismo modo que este se apoyó en el uniformismo (asumimos que las fuerzas naturales que vemos ahora son las mismas que han actuado en el pasado) y gradualismo (asumiendo esto, tiene que pasar mucho tiempo para observar los efectos de estas leyes, pues actúan lentamente) de Lyell.

       Y lo que más me fascina. Ya hablemos de astronomía, astrofísica, medicina, biología o geología, la historia de las teorías científicas va avanzando siempre desde una corriente de pensamiento fijista hacia explicaciones transformistas... igual ocurre con nuestros códigos morales.

       Qué bonito que el cuerpo de Wegener, tras su muerte, permanezca para siempre en un casquete glaciar... a la deriva.

1 comentario:

Bel Kira dijo...

Mr potato??? jejeje

La verdad que este post me ha hecho recordar a los tiempos de cole e instituto, cuando te explican por primera vez la teoría de Darwin o la teoría de la deriva de Wegener. Es un momento de revelación que estoy convencida de que a nadie, por muy de letras que se fuera, le pasaba inadvertido.
Son, probablemente, las dos teorías más elegantes que hay en la naturaleza.

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