jueves, 24 de noviembre de 2011

Genios locos: Charles Darwin

       Hoy, 24 de noviembre de 2011, dos días después del fallecimiento de Lynn Margulis, se cumplen ciento cincuenta y dos años de la publicación de un libro. Su primera edición tuvo una tirada de mil doscientos cincuenta ejemplares, que se agotaron el mismo día. Su título era "El Origen de las Especies por medio de Selección Natural, o la Preservación de las Razas Favorecidas en la Lucha por la Vida"; su autor fue Charles Robert Darwin.


El genio.

       Charles Darwin fue un naturalista inglés nacido en 1809 en el seno de una familia adinerada. Desde muy joven fue aficionado a la naturaleza y, tras abandonar sus estudios de medicina en Edimburgo por el desprecio a "la crueldad de la cirugía", estudió teología en Cambridge. Durante esos años se nutrió de las clases, seminarios y textos de los grandes autores de geología, botánica, zoología e historia natural de la época, como Paley, Henslow, Lamarck, Herschel, Lyell y su propio abuelo Erasmus Darwin, entre otros muchos.

       En 1831 se embarcó como figura de acompañante del capitán FiztRoy en el HMS Beagle, un barco que daría la vuelta al mundo, como parte de una campaña de presión colonial del Imperio Inglés. Ese viaje marcaría su vida.




       Durante los cinco años de travesía, Darwin se dedicó a recopilar muestras de fósiles, animales y plantas, que iba enviando a Inglaterra a su mentor, John Stevens Henslow. De modo que cuando volvió a casa ya era famoso en los círculos científicos, lo que le valió el honor de entrar en la London Royal Society, la sociedad de zoología más antigua del mundo, y empezó a escribir y publicar. Se hizo gran renombre por sus estudios en islas volcánicas, orquídeas, percebes y cría en cautividad de palomas, entre otras cosas. Pero la idea que marcó su nombre a fuego en la historia sería la Teoría de la Evolución.

       Uno de los gérmenes de esta idea fue la discusión con FiztRoy sobre los pinzones de las Islas Galápagos. Darwin se había dado cuenta de las diferencias de esas aves según la isla en la que vivían, y declaró que se trataban de la misma especie adaptada a modos de vida diferentes; por otro lado, FiztRoy aseguraba que eran en realidad especies distintas. "¿Por qué Dios iba a crear una especie diferente para cada isla?" preguntaba Darwin; "Dios puede hacer lo que quiera" respondía FiztRoy. Finalmente, dejaron ese debate para ser aclarado tras su vuelta a Inglaterra, donde el ornitólogo John Gould, llamado "el hombre pájaro", concluiría que FiztRoy tenía razón. Pero Darwin, con las ideas bien claras, apuntilló: de acuerdo, son especies diferentes, pero antes fueron la misma.

       Por aquella época el evolucionismo, o transformismo como se le conocía, estaba muy mal visto, de modo que Darwin aplazó sus ideas y solo se dedicó a estudiar y a escribir sobre las adaptaciones de los seres vivos a los ambientes particulares en que vivían.

       La cría y los cruces selectivos de palomas en su finca Down House siguieron alimentando su idea de que las características de los seres vivos van heredándose, modificándose y acumulándose de generación en generación, pero no era capaz de encontrar el motivo de esa selección en la naturaleza, hasta que leyó el "Ensayo sobre el Principio de la Población", del economista Thomas Robert Malthus, quien proponía una lucha por los recursos limitados del planeta. Darwin lo vio claro y en 1944 empezó a escribir un borrador en el que proponía que son las características favorables en un entorno las que tienen mayor probabilidad de ser heredadas, porque otorgan a su portador la capacidad de sobrevivir y tener descendencia, con esas características. Esto, simple y llanamente, es la Selección Natural.

       Sin embargo, mantuvo sus ideas en secreto hasta 1858, cuando recibió una carta del naturalista Alfred Russel Wallace, que trabajaba en Borneo por aquella época. Darwin vio en esa carta unas ideas semejantes a las suyas, a pesar de que Wallace rechazaba la idea de la lucha por la existencia. Empujado por sus amigos, el botanista John Dalton Hooker y el zoólogo Thomas Henry Huxley, publicó un artículo conjunto en la Royal Society hablando sobre la evolución por Selección Natural. En principio la idea no tuvo impacto oficial, aunque se dice que en realidad fue tapado para no dañar la reputación de Darwin, dado que estaba pasando malos momentos.

       Un año más tarde publicó su obra maestra "El Origen de las Especies", en la que argumentaba abiertamente en favor del evolucionismo y la Selección Natural, al tiempo que atacaba los pilares del creacionismo y el argumento del diseño para la existencia de Dios. Ahí empezó la polémica en una sociedad victoriana que tachaba de aberrante la idea de que todos los seres vivos, incluido el ser humano, procedieran de los mismos ancestros.

       No obstante, las ideas de Darwin son ampliamente aceptadas en la actualidad por la Comunidad Científica.

El loco.

       Durante el resto de su vida, Darwin fue muy atacado por los pensadores de su época y fue objeto de burlas, que lo identificaban comúnmente con un mono. Una de ellas fue la publicidad de la famosa bebida "Anís del Mono", en cuya etiqueta aparece una caricatura de Darwin con un papel en su mano derecha en el que se lee "es el mejor, la ciencia lo dijo y yo no miento".


       Pero la vida del naturalista, efectivamente también estuvo llena de enfermedad, fobia y locura.

       Durante sus años de trabajo, el miedo al rechazo de sus teorías le mantenían sumido en continuas depresiones, potenciadas también por la muerte de algunos de sus hijos, lo que le empujó por un tiempo a obsesionarse con las poblaciones de organismos del suelo. Su enfermedad y su sentimiento de culpa por creerse cómplice del asesinato de Dios empeoraban conforme avanzaba su teoría en secreto, también por evitar dañar a su esposa, creyente devota, moralista y firme en sus ideas creacionistas.

       Hoy día se cree que su enfermedad podría haber sido una tripanosomiasis americana, una infección provocada por Trypanosoma cruzi (Chagas, 1909) que presumiblemente habría podido contraer por la picadura de una chinche en su paso por Sudamérica, durante su viaje en el Beagle, y que empeoraba por épocas por efecto nocebo. A pesar de ser un pensador respetuoso con la razón, se entregó a los tratamientos hidroterapeutas y homeopáticos. Mientras tanto, se negó a las apariciones públicas y dejó que fuera su amigo Huxley quien defendiera su teoría... con bastante fervor, por cierto, lo que le valió el sobrenombre de "bulldog de Darwin".

       Finalmente, Charles Darwin murió en 1882 y fue enterrado al lado de sir Isaac Newton, en Westminster Abbey, en Londres.


P.S.: Este post conforma mi doblete temático del día junto a "Biología de Trivial: El hombre viene del mono" en Iguanamarina.

2 comentarios:

dani (el de to la vida) dijo...

Interesante la vida de Darwin, sobre todo lo que tuvo que pasar ante la sociedad y su familia...escribe más biografias de científicos!! XD

BioSamu_ dijo...

Lo haré, no pienses que me he quedado ahí, es solo que no me quiero saltar las fechas previstas.

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